Una jueza de Palma impone el modelo de “casa nido” a pareja divorciada

Un juzgado de familia en Palma ha dictado una sentencia pionera que obliga a una pareja divorciada a compartir la vivienda familiar por turnos, en beneficio de sus hijos menores. La medida, basada en el modelo conocido como “casa nido”, surge como respuesta directa a la grave crisis de acceso a la vivienda en la isla.

La pareja ya compartía la custodia de forma alterna, rotando en el uso del domicilio común. Sin embargo, la madre solicitó quedarse con la vivienda de forma exclusiva, alegando su imposibilidad económica para encontrar otra residencia. El padre, por su parte, defendió la continuidad del sistema rotativo.

La jueza encargada del caso subraya que el verdadero conflicto no reside en la custodia —la cual ambos progenitores ejercen de forma responsable—, sino en la incapacidad económica para mantener dos hogares dignos. Por ello, y a pesar de la tensión entre los padres, dictamina que lo más beneficioso para los menores es que permanezcan en su entorno habitual, siendo los adultos quienes se alternen en el uso del inmueble.

El abogado Carlos Roig del bufete Roig & Perello, representante legal en este caso, señala que esta resolución puede sentar precedente en contextos donde la escasez y el elevado coste de la vivienda imposibilitan una custodia compartida convencional. “En Mallorca, acceder a un piso medianamente adecuado se ha vuelto casi inasumible con ingresos medios. Un estudio de 40 metros puede rondar los 800 euros al mes, mientras que una vivienda estándar supera fácilmente los 1.200”, explica.

Roig recalca que muchas familias no pueden costear una segunda residencia, especialmente cuando deben hacer frente a hipotecas, créditos y el mantenimiento diario de los hijos. Ante esta situación, la cooperación y organización entre los progenitores se convierte en una necesidad, siempre con el bienestar de los menores como prioridad.